miércoles, 17 de marzo de 2010

INDIGNACIÓN


Hace tiempo solía encontrar consuelo en la rigidez histórica. Los hechos nadie los puede cambiar, cierto? Puedes escuchar cien mil fantasías abyectas de lo que fue o no fue, pero la realidad, la historia, los hechos puros y duros nadie los cambia.
Bueno, eso fue hasta que me fui dando cuenta de los pequeños detalles. En mi tierna infancia, por ejemplo, recuerdo el énfasis y la alegría nacionalista de mi profesora de Catalán cuando nos hacia estudiar el Tirant lo Blanch, de ese "gran autor catalán" Joanot Martorell . Tardé años en descubrir que ni la novela ni el autor eran catalanes sino Valencianos.
Mi formación está plagada de estos pequeños errores, leves e inocentes inconsistencias que casualmente apuntan todas a la misma ideología. Si hoy no me hubiera tomado mi pastilla acabaría concluyendo que todo se trató de una inmensa manipulación orquestada por oscuros intereses con un plan definido…
Y sin embargo la demonización del alzamiento nacional, el desprestigio sistemático de la iglesia, las cientos y cientos de películas ensalzando a la mariconeria y el puterío nacional, la educación para la ciudadania… me siguen haciendo sospechar.
Como resultado final de este bombardeo no me extraña nada escuchar o leer el surtido variopinto de estupideces que adornan a los medios de comunicación todos los días.
Al final, lógicamente, nunca me creí lo de que Catalunya es una nación, ni lo de que Franco fuera un aspirante a Hitler bajito y calvo, ni que todos los curas sean malvados pederastas y zoófilos… pero lo que si he conseguido es inmunizarme ante la escandalosa mentira, los gritos desgañitados de los ignorantes, y las memeces a las que, en general, estamos expuestos a diario.
Por eso es que me resulta sorprendente haber recuperado mi capacidad de indignación, y tengo que agradecérselo al grupo Alicate vivo: por pedir que se retiren los nombres de las calles Alemania y Portugal aduciendo que son países fascistas que apoyaron a Franco, y la calle Luceros porque es una palabra que aparece en el “cara al sol”. Todo ello, claro está, bien documentado y respaldado por la ley de memoria histérica.
Lo de estos muchachitos de Alicante vivo, y su rebaño de militantes y “simpatizantes” ha traspasado el límite de lo cómico , de la disculpa por ignorancia. Es simplemente ofensivo que a esta pobre gente se le tenga alejada del frenopático y se le niege la atención adecuada.
Yo entiendo que nuestro sistema de salud está saturado, pero a nadie se le debería negar hoy en día por lo menos una apañadita camisa de fuerza y algún electroshock ocasional… al menos en lo que nos abastecemos de sedantes y antipsicóticos. Recordemos que los enfermos de la izquierda también son personas. No a la crueldad para con los discapacitados mentales!!

2 comentarios:

si, bwana dijo...

¡Ja, ja, ja! La ley de "memoria histérica",,,Muy bueno.
Yo también me he ido enterando de ciertas cosas, con el paso de los años. Los socialistas de hoy, con sus disparates, me han ayudado a entender
lo que pasó realmente.

gladiador dijo...

Si, parece que somos varios los que acabamos descubriendo las barbaridades, algo es algo